El reto sigue adelante. Y no vamos a parar ahora. Por si no lo recuerdas, te lo refrescamos en un segundo: propusimos a los lectores de Xataka tomar las riendas de una review, un despiece completo tras haber sido elegidos entre todos los participantes de nuestro concurso y ganar un LG V30, actor principal y objeto del análisis concienzudo de nuestros lectores.
Seguimos escuchando las voces de nuestros cuatro mosqueteros: Alberto Gil, Aingeru Arza, David Domínguez y Francisco García. ¿El resultado? El que sigue.
Poniendo a punto la batería
Otro, quizá, de los temas más polémicos cuando se trata hablar de smartphones de cierto calado. La autonomía suele llevarse notas bajas en no pocas ocasiones y esta vez vamos a ver qué tal se comporta bajo las manos blancas de nuestros cuatro lectores.
Caben destacar dos características que ninguno de nuestros cuatro reviewers ha ignorado: la tecnología Quick Charge 3.0 y el always on display. El primero es un modelo de carga rápida optimizado para el propio modelo y el segundo sirve para ver de un plumazo toda la información clave —redes, hora, avisos— sin necesidad de desbloquear y prender la pantalla. Un recurso audaz para ahorrar batería.
Sobre la carga rápida, quizá exista cierto temor a “cargarse el móvil” si se abusa: «yo la considero para ocasiones puntuales. Es decir, me estoy quedando sin batería a mediodía porque llevo dos días sin cargarlo, pues lo cargas media hora y acabas el resto del día tranquilamente», apunta Aingeru Arza.
Alberto asegura que «en una hora se carga aproximadamente un 60% de la batería. Si le tuviera que poner una pega es que podría cargar un poquito más rápido», puntualizando un desempeño de ocho horas estando en la calle, con datos, en este caso 4G, algún Wi-Fi… «la verdad es que no juego mucho pero lo que vienen siendo las horas de pantalla, flipantes».
Sobre la segunda tecnología, hay dudas: «el always on display es muy útil: siempre tienes la hora a la vista y los iconos de las notificaciones». Pero, «si lo dejas activado siempre, amanecerá con un 10% menos de batería, lo más probable. En cualquier caso, «ese 10% que puede consumir es despreciable respecto a la autonomía total del teléfono», puntualiza Aingeru.
Todo depende de los índices de duración, claro. «A mí me ha parecido impresionante porque se va como al día y medio de duración», juzga Francisco García.
Es obvio que la experiencia determina el resultado. Como valora David Domínguez: «con un uso intenso del teléfono, mucha cámara, mucha reproducción de vídeo, juegos… la verdad es que llegaba al final del día con un 25% de batería sin ningún problema. Perder la batería extraíble puede ser un problema para algunos usuarios. Ahora, renunciar a eso a cambio de tener un IP68 y un mejor ensamblaje es un sacrificio que estoy dispuesto a hacer».
Un grado de protección que significa poder sumergir el V30 hasta un metro y medio de profundidad durante 30 minutos. Significa ser resistente ya no sólo a la humedad, sino a la acción directa del agua. Y una conclusión que nos propone un interesante debate sobre qué preferimos los usuarios. Al fin y al cabo, somos nosotros quienes tenemos la última palabra.
Rendimiento: el engranaje decisivo
Hablar de una pantalla es (relativamente) fácil. Pero, ¿qué podríamos decir del rendimiento? Este es un terreno pantanoso, que requiere mediciones, benchmarks, tests de eficacia bajo distintos perfiles de iluminación, carga de trabajo, incluso temperatura ambiental.
Sobre el V30 podemos decir que se compone de un procesador Qualcomm Snapdragon 835 de ocho núcleos a 2.45GHz, cuenta con 4 GB de RAM LPDDR4X y una GPU Adreno 540, con soporte para tecnologías y lenguajes como OpenGL ES 3.2, Daydream, Vulkan o HDR10. En román paladino: gama alta sin intención a renunciar a ningún estándar actual.
Pero mejor dejemos hablar a nuestros lectores: es su turno.
Aingeru Arza lo tiene bastante claro: «4G de RAM son más que suficientes». Y prosigue: «el rendimiento del V30 fue, para mí, lo que más me sorprendió. Los 4GB de RAM me han parecido más que suficientes. Debes tener una cantidad exagerada de aplicaciones corriendo para poder llenarla —sin que realmente pudieras experimentar algún tipo de lag—».
Profundizando un poco, Alberto Gil lanza una sentencia bastante afilada: «es el teléfono Android más fluido que he probado nunca». Porque, a pesar de que no tenía muchas esperanzas, tratándose de un Snapdragon 835 «que, al fin y al cabo, es poquito más potente que un 821 u 820. Creo que en el cluster de núcleos de bajo consumo hay una mejora mucho más importante que en los de alto rendimiento. Va todo muchísimo más fluido que en un Snapdragon 820, pero de lejos, navegador, menús…».
Algo con lo que coincide Francisco: «los otros teléfonos Android que he tenido siempre tienen cierto lag. Este no tiene ninguno. El rendimiento me parece muy, muy bueno».
Parece que hay cierto consenso, ya que en cuanto a desempeño David Domínguez opina algo similar: «es rápido, va como un tiro. LG tiene una capa de software sobre Android que le añade un poquito de peso y poco a poco la han ido optimizando. En este punto, ya no sé si es una cuestión de optimización de software o puro rendimiento bruto del procesador, pero la verdad es que el Snapdragon 835 hace muy buena tarea».
En conclusión, «con los 4GB que tenemos podemos tener algo abierto de fondo perfectamente, las redes sociales, hacer una foto y volver al juego y que siga donde estaba», según palabras del propio Alberto.